ARTÍCULOS – La enfermedad del Si-Do

Hoy la reflexión lleva por título: la enfermedad del "sido".

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Hoy la reflexión lleva por título: la enfermedad del "sido".

– ¿la enfermedad?.

– Si, si. Mira Rafa, en realidad la padece un 30% de la población sin saberlo.

– Bueno… pero yo he venido a verte porque en realidad, quería preguntarte…

– ¿Si?. Que sea breve, hoy quiero hablarte del "sido". Es importante conocer: síntomas y posibles complicaciones, a fin de encontrar la solución mas adecuada. Pero bien, pregunta.

– Ya sabes que me gusta el blues. Pues bien me quiero comprar una eléctrica y el problema es que me encantan las Fender pero como tienen pastillas simples, no se si dará una buena distorsión. Claro que: Gilmoure, Malmasteen,… se la sacan. Pero !leche! la pastilla doble es mas cañera y las Gibson son preciosas… por cierto: ¿la madera es importante?

– Pues….

– !Ah! y la quiero blanca. Me encanta ese color pero…. !no hay Gibson blancas!…

– Oye…

– ¿Y si luego cambiara de estilo, me valdría la Fender?. Tal vez sea mejor comprar una Ibanez tipo S. Vai, así tendría todas las posibilidades….

– !Stop!. Para el carro. Creo, que después de que escuches lo que voy a contarte, encontraras algunas respuestas… !supongo!. Antes que nada veremos qué sería lo "normal" en un amante de la música y dónde comienzan los problemas. Bien, para ello realizaremos un sencillo test. ¿Preparado?

– Si, si no hay mas remedio…

– Bien. empecemos:

1.- ¿Sientes envidia (casi nunca sana), cuando oyes al vecino tocar la guitarra?.

2.- ¿Sientes fascinación cuando ves en directo ó en la tv. un musicazo tocando como si no fuera con él y además a toda pastilla? (Esto se nota por que los ojos se ponen como huevos duros y corre libremente un hilillo de baba por la comisura de los labios).

3.- ¿Te pillas a menudo diciendo: -!Cagonlaleshe! si fuera otra vez un crio, estudiaría guitarra-.? (También se da la variante en piano, castañuelas y oboe… !pero menos!. (Es que así de memoria…).

4.- ¿Te falta el aire en cualquiera de las situaciones anteriores?.

Si la respuesta es "si" en la mayoría de las cuestiones: lo tuyo es la música, por lo que tienes dos salidas:

1.- Dar vida al musicazo que llevas en las entrañas, aprendiendo a tocar un instrumento, ó

2.- Seguir destrozándote las uñas y la orejilla de el/la parient@, amig@s, con el rollo de lo que te gustaría… bla, bla, bla…

Y es a partir de aquí, que empiezan los problemas, los auténticos síntomas del SIDO. Veamos:

Básicamente hay 2 variantes que se dan en "aficionados" y 3 en "estudiantes" que engloban la mayoría de estos enfermos, claro, que siempre hay casos inclasificables, (pero esos se estudian ya en "veterinaria"….):

1.- El llamado "Fasciculófilo". Dícese del que acumula todo tipo de publicaciones -cuanto mas cutres mejor-, sobre "como tocar un instrumento", que aparecen en el mercado. Con la noble intención de:

– Aprender a tocar en un mes ó dos… (jejeje… !perdón!).

– Y rellenar de paso el mueble del comedor de colorines y de "cosas con tapas".

Bien, hay que decir que esta variante no es en absoluto grave.

2.- El llamado "más, más… !más!"

La falta de nombre más específico se debe a su idiosincrasia, tan versátil como el mismo individuo. Pues bien, en estos casos hay una acumulación enfermiza de: instrumentos, libros de partituras, fotocopias de internet, casitas de muñecas en miniatura, (no, no, creo que esto no va aquí…). Convirtiendo cada nueva

compra en un evento que no le deja respirar hasta tenerlo en las manos.

Una de las posibles salidas a éste último tipo de pacientes es, de forma natural y después de haberse "cargado" sistemáticamente y durante años a: músicos, actores, deportistas, etc., etc., en el bar con los colegas; es, como decía, la de "Crítico de Arte". Y ahora con los estudiantes:

1.- Profe, otra canción.

– Pero si te he dado ya cuatro en esta clase Juanito…

2.- Me he comprado por internet unas púas que son de carbono-silicio, con poros homologados para la sudoración, testadas por fisioterapeutas y que son un 30% mas ligeras y muy rápidas en la fricción…

– Si, se te ve bien…

3.- Este lo he dejado deliberadamente para el final, ya que afecta no solo a la conducta, sino también al habla. Convirtiéndolo en el más grave e irrecuperable. Y para "pillarlos" solo hay que invitarlos a un C-A-F-É, y… esperar: Verás como se quedan pensativos y, !zas!:

-Oiga, por favor, póngame un do-la-fa-mí…

-!la pera!.

 

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